Discreciones

 

 

 Odio La Poesía

Odio la poesía, y la odio de tal forma, que a lo único que puedo aspirar como personaje  es a intentar cambiar el concepto que se tiene de ella;  Es tal el odio que se ha convertido en una obsesión por el cambio, por la transformación; por intentar lograr que la poesía, el poema y el poeta sean como antaño trovadores de su tiempo, contadores de historias, y guardas o custodios de la base de la literatura.

La poesía me repulsa, y la obsesión hacia ella me empuja hacia el quimérico intento de destruirla, de hacer que desaparezca; Ante esta hazaña imposible de la que soy consciente, y para resarcir mi frustración solo me queda la elección de lo indecible: ” si no puedes con ellos únete”.

Es mi salida, aunque el odio me re carcoma las entrañas y el ego herido me doblegue hacia lo que no quiero; poeta en mi tiempo, aunque un judas poeta; otra no me queda, y lo justo sería omitir lo sentido hacia esta disciplina de antiguos y melancólicos. Pero tampoco puedo cerrar los ojos a lo que la realidad me invita en obligado odio, y así he de derramar el tintero para que las palabras de las que nadie recuerda tomen otro cariz y mas protagonismo en los días que el odio, el dios midas y lo absurdo, adquieren mas protagonismo que nuestras propias vidas.

Rompo pues una lanza de odio a favor de la poesía; por eso jamas cejare en la obsesión de mi odio, y por eso jamas leeré poesía aunque el dios Loki se encuentre mas vivo en este escrito que en su mitología.

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24/04/2014

 

 Personaje…

… A veces la consideración de “persona” sobre algunos individuos se traduce en deficiencia personal, puesto que el conjunto de requisitos para cumplir en el caso de dicha consideración “persona” dicta mucho de las capacidades totales a máxima plenitud del individuo…   He de hay la aberración de la persona en conclusión del : ” personaje”

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